Foto: Futura School (1).
No es especulación: Prestigiosos economistas alrededor del mundo pronostican una crisis de dimensiones globales. No se habla de depresión (crisis total, como la de Venezuela, por ejemplo), pero sí de desaceleración (crecimiento menor que el del año anterior) y recesión (variación negativa). “Ya está claro que estamos en una recesión igual o peor que 2009 (…) La pandemia ha llevado a la economía mundial a un declive económico que exigirá enorme financiación para las naciones en desarrollo», sentencia la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva (2020) (2).
Los gobiernos de todo el mundo, con algunas excepciones, han adoptado diversas medidas económicas con dos grandes propósitos: El primero; frenar la propagación del virus y con ello, disminuir los contagios. Medidas como el aislamiento social, el cierre de fronteras, aumento de inversión en el sector salud, son algunos ejemplos. El segundo; disminuir el impacto económico negativo que generarán las medidas mencionadas anteriormente. Por ejemplo: Entrega de bonos familiares, subvenciones empresariales, exoneración o postergación de impuestos, entre otros.
Las medidas de aislamiento social han provocado una disminución general (paralización total, en varios países) de la producción y el consumo de productos y servicios que no son de primera necesidad. Fábricas, restaurantes, tiendas, servicios de turismo, entretenimiento, aerolíneas, han cerrado por completo en nuestro país.
Perú ha tomado medidas concretas que han sido elogiadas internacionalmente. En el artículo de la BBC titulado «Coronavirus: qué dice sobre la economía (y el gobierno) de Perú que el país prepare el mayor plan de estímulo de América Latina contra el COVID-19» no solo se califican positivamente las políticas adoptadas por el gobierno, sino que también se rescata la fortaleza fiscal de la nación (3). No obstante, aunque nos proyectemos a ser una de la economías menos afectadas de la región, aún sería prematuro confiar en futuros resultados favorables.
No todos los sectores han sido afectados en la misma dimensión. El sector educativo privado, en términos económicos, ha permanecido estable y pudiera parecer que la estabilidad permanecerá. Enfoquemos nuestra atención específicamente en los colegios privados. Si bien, al inicio del aislamiento social acontecieron cuestionamientos sobre las pensiones por parte de los padres de familia, aquello se ha disipado con el tiempo y los padres han comprendido que aquello no es factible, debido a que los gastos de los colegios no se han reducido en esta cuarenta: a los profesores les siguen pagando lo mismo, por ejemplo.
El reto inmediato de los colegios privados es adaptar su modelo educativo a la enseñanza virtual. Para ello, no solo es indispensable que los docentes y todos sus estudiantes cuenten con un adecuado acceso a una pc y a Internet, sino que también se requiere que las instituciones capaciten a sus profesores en el uso de TICs y en estrategias didácticas para la enseñanza virtual, factor que la mayoría de colegios privados están descuidando.
Aún así, es innegable que la mayoría de familias prefieren la educación escolar privada sobre la pública. La última encuesta de Datum lo valida: «Mientras que la insatisfacción con los colegios públicos es altísima, 51%, en el caso de colegios privados la satisfacción es 73%», afirma Urpi Torrado, gerente de la encuestadora (4). Cabe recalcar que no se está poniendo en análisis las diferencias de la calidad educativa de ambos sectores, sino la percepción de los peruanos sobre los mismos.
Una familia promedio, que vea afectados sus ingresos por la coyuntura, reducirá también sus gastos. Empezará por hacer recortes en su consumo de bienes y servicios no esenciales. Reducirá el presupuesto para las vacaciones anuales, por ejemplo, o evitará paseos familiares, disminuirá propinas, usará medios de transporte más económicos, entre otras medidas. No obstante, si la crisis se agrava más, buscará reducir también su presupuesto en bienes y servicios esenciales y, al no poder eliminarlos del todo (no dejarán de comprar alimentos o dejarán de enviar a sus hijos al colegio), buscará bienes sustitutos.
En los estratos socioeconómicos de mayor ingreso (A y B), esta sustitución, en caso de darse, generará que los padres opten por trasladar a sus hijos a colegios privados cuyas pensiones les sean más accesibles. Por otro lado, en los sectores más bajos (C y D), esto podría hacer que los traslados sean hacia colegios públicos.
Desde luego, el desincentivo para hacer esto es fuerte: casi ningún adolescente quisiera atravesar esta situación, y los padres harán el mayor esfuerzo por mantener a sus hijos en sus colegios. Esto último, podría hacer que los traslados no se realicen a mitad de año, sino que disminuirían las matrículas para 2021.
Como se mencionó anteriormente, en este momento de desconcierto, sería imprudente y alarmista lanzar predicciones sobre las dimensiones que tendría esta sustitución; ni siquiera tenemos la certeza de si el aislamiento social terminará el 12 de abril. Sin embargo, no debemos descartar la posibilidad debido a que existen precedentes incluso en economías más grandes que la peruana.
Un ejemplo concreto, España; específicamente Madrid. En el artículo «El gasto de las familias madrileñas en enseñanza privada tras la crisis económica de 2008» , Ricardo Fernández (2014), profesor de la Universidad Castilla La Mancha, concluye que, de 2007 (año previo a la crisis) a 2010 (dos años después de la crisis), se redujo en 26.8% el número de familias demandantes de educación privada. «Se pudiera considerar que la enseñanza privada se viera como un bien de lujo y por lo tanto un gasto «innecesario» para los momentos de inestabilidad económica(…) Según datos de las encuestas, el gasto en educación privada ha sido bastante inferior en aquellas familias con menor nivel de renta», asevera el profesor Fernández (5). El estudio no determina el número de traslados entre colegios privados, pero es lógico inferir que aquello también sucedió.
Recordemos que el acceso a la educación privada no es sinónimo de riqueza. Las pensiones, en nuestro país, varían desde los 150 soles hasta alcanzar algunos miles. De momento, las familias dependientes del Estado no están viendo afectada su capacidad económica, tampoco las familias dependientes de empresas formales con solvencia económica.
Sin embargo, los dueños de las MIPYMES (micro, pequeñas y medianas empresas) de sectores paralizados sí se están perjudicando. ¿Qué tan importantes son estos agentes? Según el Ministerio de la Producción (2018) «Este segmento empresarial representa el 99,5% del total de empresas formales en la economía peruana –el 96,2% son microempresas, 3,2% pequeña y 0,1% mediana (…) Las Mipyme generan alrededor del 60% de la PEA ocupada, considerándose como la fuente generadora del empleo. Asimismo, 10 de cada 100 personas de la PEA ocupada son conductoras de una Mipyme formal» (6). Estos empresarios, no sólo han dejado de producir, sino que siguen cargando con los costos fijos de sus empresas.
Y, si los pequeños empresarios se están viendo afectados, más lo están los trabajadores independientes (formales e informales), y los dependientes de empresas informales, que han sufrido recortes salariales y despidos arbitrarios. No son pocos: Según el INEI (2019), 9 de cada 10 peruanos poseen empleos informales (7).
Al ser ellos un grupo representativo en la demanda de educación privada, esta crisis sí representa entonces una amenaza para las finanzas de estas instituciones (y también una oportunidad para los colegios que esperan ser receptores de los estudiantes que se trasladarán). Cualquiera sea el caso, a continuación, se desarrollarán 6 recomendaciones que pueden ser útiles para afrontar la coyuntura:
1. Hacer una evaluación socioeconómica de los padres: Para tomar decisiones, es necesario tener información. No se debe esperar a que la situación se complique. Se puede empezar pidiendo una declaración jurada sobre la situación económica familiar, a fin de hacer proyecciones sobre la capacidad de pago de los padres de familia. En este año, la situación puede variar drásticamente de un momento a otro, por lo que no bastará una declaración anual; deberá ser trimestral, y bimestral, de ser posible. El análisis de esta data debe de comprender varias aristas como disponibilidad de liquidez, bienes, capacidad de endeudamiento.
2. Otorgar facilidades de pago: Con base en la información obtenida, los colegios deberán brindar facilidades de pago a las familias que atraviesan por momentos difíciles, priorizando, desde luego, a las más afectadas y que siempre han sido puntuales en sus pagos. Esto es necesario por 4 razones: 1) Porque beneficia al estudiante y alivia la carga económica familiar, lo cual es vital en estos momentos de crisis. 2) Para evitar que los padres retiren a sus hijos, o reducir estos casos. 3) Pará evitar moras; si una familia no puede pagar, es mejor saberlo y tenerlo proyectado, a que simplemente incurran en mora y afecte el pronóstico financiero del colegio. 4) Como una política de cuidado de imagen y reputación institucional: Un padre de familia, que pidió facilidades, se las negaron y, debido a ello, se vio en la necesidad de trasladar a su hijo, nunca perderá alguna oportunidad para hablar mal de la institución. En tiempos de crisis, sobre todo, este tema es muy sensible en redes sociales.
3. Fortalecer su propuesta diferenciadora: La inversión en colegios privados, en Perú, ha crecido en los últimos años, prueba de ello es la aparición de grandes corporaciones educativas, como Innova Schools, y la expansión de colegios ya existentes. Ofrecer talleres de idiomas o de ofimática, ya no es «diferenciador», es necesario. Optemos entonces por implementar en nuestros colegios metodologías educativas innovadoras, y ofrecer formación en habilidades y herramientas necesarias para su vida en sociedad: pensamiento crítico, debate, persuasión, emprendimiento y habilidades financieras, inteligencia emocional; solo por mencionar algunos ejemplos. Esto no solo será útil en tiempos de crisis, sino que también servirá para defenderse de la competencia creciente.
4. Optimizar recursos: Cuando se habla de optimización de recursos, es natural que se nos venga a la mente reducción de personal, disminución de salarios o cambio de los servicios existentes por algunos menos costosos. No obstante, aquello es disminución de egresos, no optimización. Un colegio que es prestigioso por destacar en un deporte, no podría dejar de contratar a un buen entrenador, aunque ello represente un ahorro importante.
¿Cómo optimizar entonces? Primero, hay que evaluar los servicios básicos. Luz, agua, servicios de Internet, telefonía. Es necesario adecuar la infraestructura, en la medida de lo posible, para reducir los costos mensuales. Mingitorios que no utilizan agua, baños con dos tipos de descarga, luminaria led, son algunos ejemplos.
Segundo, establecer una política de virtualización de procesos administrativos para reducir materiales de escritorio; ya no hay excusa para querer contar siempre con un respaldo físico, un soporte de información en la nube es mucho más seguro y barato.
Tercero, buscar sponsors para las actividades internas: universidades, institutos, marcas de útiles escolares y productos relacionados siempre van a estar dispuestos a aportar a estos eventos, a fin de tener presencia entre potenciales consumidores.
Cuarto, se pueden generar más ingresos sin la necesidad de cargárselos a los padres de familia. Algunos colegios, por ejemplo, ofrecen talleres gratuitos para sus estudiantes con la posibilidad de que puedan incorporarse, pagando una mensualidad, alumnos de otras instituciones.
En síntesis, no se debe pensar en «cómo se puede gastar menos», si no en «cómo se pueden utilizar los recursos existentes para aumentar la utilidad del colegio (o evitar su disminución), sin que eso afecte a la calidad educativa, el bienestar del personal y a la propuesta diferenciadora de la institución».
5. Fortalecer la presencia institucional del colegio en la sociedad: No solo los padres deben tener claro que la escuela es de calidad, sino también los demás, en específico, los padres de familia que tienen a sus hijos en otros colegios. Ellos deberían aspirar a que sus hijos estudien con ustedes.
Esto se puede lograr mediante la organización de actividades que involucren la participación de otros colegios, incluso de otros actores de la sociedad (empresas, asociaciones, clubes, colectivos, entidades estatales, etc). En la actualidad, una política clara de extensión social y de responsabilidad empresarial es vital y muy valorada por los clientes en cualquier rubro. El sector educativo no es la excepción; el prestigio es vital. La obtención de certificaciones, membresías y acreditaciones también es necesario.
6. Promover activamente la participación de los estudiantes en la planificación institucional: Ello no significa invertir en todo lo que los estudiantes quieran, pero sí escucharlos y propiciar espacios de retroalimentación. Si bien los padres tienen la última palabra al decidir dónde estudiarán sus hijos, un estudiante satisfecho con su institución, y que se siente comprendido y escuchado, abogará siempre por su permanencia en el colegio.
Esta participación debe extenderse también a los egresados. Para ello no solo basta realizar actividades de confraternidad, sino que se debe generar una red activa que permita la comunicación de egresados, estudiantes, directivos y padres de familia. Algunos colegios ya se han dado cuenta de la importancia de tener una red de egresados fuerte y activa; esta práctica se debe generalizar.
En conclusión, la pandemia del COVID-19 está generando una crisis económica global que puede agravarse. El gobierno peruano ha tomado medidas económicas que han sido elogiadas y validadas por la comunidad internacional. Sin embargo, no es posible negar su impacto negativo en el consumo y la producción de bienes que no son esenciales.
Si bien la educación es una necesidad básica, y por el momento el sector no se ha visto afectado, no es descabellado proyectar que la crisis económica pueda afectar a los colegios privados. Esto porque existen antecedentes en crisis anteriores (menos generalizadas) y en economías incluso más sólidas que la peruana. Además, porque existen padres de familia, en especial los que no cuentan con un trabajo formal o los dueños de micro y pequeñas empresas, cuyos ingresos mensuales se están viendo afectados.
Los promotores y directivos de estas instituciones deben prepararse y tomar medidas que les ayuden a recabar información, optimizar recursos y desincentivar el traslado, para evitar ser afectados significativamente por esta crisis. Apoyar a los padres, estudiantes, y al personal docente y administrativo, en estos momentos difíciles, no solo debe hacerse por la búsqueda de un beneficio empresarial, sino sobre todo por un fin supremo: humanidad.
Dante León Saavedra
Director de Imagen y Relaciones Interinstitucionales.
-DIDÁCTICA, como institución multidisciplinaria conformada por estudiantes y profesionales de Derecho, Economía, Administración, Marketing, Ingeniería, Educación, Psicología y Filosofía, puede ayudar a generar un plan de contingencia a la medida para su institución. Si quiere ponerse en contacto con nosotros, escríbanos a didactica@cidedidactica.org. –
BIBLIOGRAFÍA:
(1) Futura Schools.
(2) FMI: «Ya está claro que estamos en recesión global igual o peor que 2009» (22 de marzo de 2020). Diario Gestión. Recuperado de: https://gestion.pe/economia/coronavirus-fmi-ya-esta-claro-que-estamos-en-una-recesion-igual-o-peor-que-2009-nndc-noticia/
(3) García, D. (31 de marzo de 2020). Coronavirus: qué dice sobre la economía (y el gobierno) de Perú que el país prepare el mayor plan de estímulo de América Latina contra el COVID-19. BBC Mundo. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-52104166
(4) Crece la preferencia por colegios privados, según encuesta de Datum ( 14 de febrero de 2019). Diario Perú 21. Recuperado de: https://peru21.pe/peru/Datum-crece-preferencia-colegios-privados-459736-noticia/
(5) Fernández, R. (2014). El gasto de las familias madrileñas en enseñanza privada tras la crisis económica de 2008. Blog de la Universidad Castilla La Mancha. Recuperado de: https://blog.uclm.es/ricardofdez/2014/02/24/el-gasto-de-las-familias-madrilenas-en-la-ensenanza-privada-tras-la-crisis-economica-de-2008/
(6) Estadísticas MIPYME (2018). Ministerio de la Producción. Recuperado de: http://ogeiee.produce.gob.pe/index.php/shortcode/estadistica-oee/Estadísticas-MIPYME
(7) En el Perú, 9 de cada 10 trabajadores son informales (8 de enero de 2018). Para quitarse el sombrero. Recuperado de: https://www.pqs.pe/economia/en-el-Perú-9-de-cada-10-trabajadores-son-informales
Que buen artículo Dante, bastante acertado tu análisis del impacto del coronavirus en la economía y especificamente en el sector educación privada que en estos momentos sencillamente debería plantear facilidades de pago con una adecuada reprogramación para lo que necesitamos de este beneficio o acto de solidaridad
Congratulaciones, amigo Dante. Es un artículo de actualidad que me permite estar enterado de varios aspectos económicos y posibles consecuencias que la Pandemia nos trajo. Me hace ver que se vienen nuevos tiempos y que tenemos que aprender a reorganizarnos en todos los aspectos de nuestra vida. En lo económico, laboral, salud, familiar, educacional. Gracias por el aporte.
Muchas gracias por su comentario. Saludos.
Muchas gracias por su apreciación, Prof. Marly. Saludos.